El tránsfuga del PP, Marcos Zaragoza, miente e intenta protegerse de su pésimo trabajo como concejal engañando a los vileros. El responsable de que los restaurantes y comercios de la playa de La Vila estén en la lamentable situación laboral actual es este ya declarado tránsfuga, que primero dejó el parquin de la playa con una deuda (por parte del ayuntamiento a la empresa constructora del mismo) de 450.000 euros. Y la necesaria asignación de crédito la realizó el gobierno liderado por el Alcalde socialista Gaspar Lloret, que gestionó la abertura del mismo y corrigió las deficiencias dejadas por Zaragoza –tanto económicas como de obra-, entre otras no haber dotado de energía eléctrica al parquin habiéndose de negociar con la compañía eléctrica el transformador adecuado para suministrar de energía a la instalación y realizar el cableado desde el mismo al parquin. En estos momentos la gran solución aportada por el tránsfuga al tránsito rodado por la zona en obras es cobrar 10 céntimos de euro a los vecinos.
El PP local y el concejal tránsfuga Marcos Zaragoza tendrían que empezar con urgencia un curso de ética política. En primer lugar, el paseo se inició en octubre del 2008, gobernando el cuatripartito, tras un año de trabajo desbloqueando todas las trampas puestas por Marcos Zaragoza y el PP, empeñados en que el paseo no empezara y sirviéndose para ello de Valencia. Fue el Ministerio quien lo desbloqueó, después de las gestiones realizadas por Herick Campos y Gaspar Lloret, quienes por fin pudieron hacer llegar un informe al Ministerio. Este informe permitía acabar con la atadura del Ministerio con el Gobierno de Camps que imposibilitaba el inicio de las obras. De esta manera concluían las estipulaciones del Convenio firmado en el 2001 que impedían que el ayuntamiento iniciara las obras del paseo. Este es el regalito de Zaragoza a los vileros: retrasar una obra de gran importancia para nuestro pueblo por intereses partidistas”.
Las chapuzas y falta de previsión de este proyecto han llevado a que el PP de La Vila acepte las modificaciones a la baja de la empresa constructora. En lugar de buscar financiación han ido a lo fácil: corregir una chapuza por otra. No, Sr. Tránsfuga, el Ministerio pone el dinero pero usted, por su arrogancia y prepotencia, no ha negociado las mejoras necesarias y nos está llevando hacia una obra inadecuada para nuestro paseo.
Sr. Concejal Tránsfuga, ¿cuántas veces se le ha preguntado en los plenos por el paseo y lo único que ha sabido o ha querido contestar es que la culpa era del Ministerio? Si hubiese estado gobernado Aznar, seguro que hubiese contestado que gracias a la ayuda del Presidente de España tendremos paseo. Deje de mentir y reconozca la verdad. Sabe muy bien que antes de la moción de censura estaba todo cerrado y se habían solucionado las conducciones de aguas pluviales -porque en el proyecto del 2001, el de ustedes, eran inadecuadas, pero quede claro –admítalo, Sr. Tránsfuga- que sin la nueva chapuza que han hecho ustedes en La Basseta l’Oli. La foto que acompaña a este tribuna ilustra hasta dónde puede llegar la insensatez de un concejal que no defiende los intereses de uno de los mejores patrimonios de la Vila, la Playa Centro, regenerada por un gobierno socialista, lo mismo que la nueva reurbanización del mismo, pero usted busca desprestigiar esta obra y no se lo vamos a permitir.
Además, los cerca de 32.000 metros cuadrados de aceras en su nefasto proyecto iban 14.600 metros cuadrados de sablón (arena prensada –no podemos olvidar el nefasto acabado superficial del parquin La Creueta-), nos parecía aún más inadecuado para la playa y por eso lo cambiamos por un nuevo material, pero nunca adoquines de hormigón.
Al conseguir su empeño (que no era otro que volver al gobierno municipal pero no para servir ningún interés local y sí ciertos intereses particulares) usted, Señor Tránsfuga, el tiempo que ha estado como concejal ha arruinado el futuro turístico de La Vila. A por pruebas no hace falta ir muy lejos. ¿Cuántas habitaciones para pernoctar hay en La Vila?. Gobernó 8 años con el falso médico más el que lleva con el tránsfuga objetivo, y estamos a la cola. Disfrutó de la mejor época de bonanza económica, con una entrada de ingresos por urbanismo jamás conocida en nuestro municipio, y ¿qué hizo usted? Nada de nada. Y ahora pretende tratarnos de ignorantes, responsabilícese de su falta de lealtad al pueblo de La Vila al aceptar como promotor la conveniencia de la empresa constructora del paseo. Usted es el culpable, pero ya sabemos de qué cojea, de hacer las cosas mal por incapaz de servir al pueblo.
El PP local y el concejal tránsfuga Marcos Zaragoza tendrían que empezar con urgencia un curso de ética política. En primer lugar, el paseo se inició en octubre del 2008, gobernando el cuatripartito, tras un año de trabajo desbloqueando todas las trampas puestas por Marcos Zaragoza y el PP, empeñados en que el paseo no empezara y sirviéndose para ello de Valencia. Fue el Ministerio quien lo desbloqueó, después de las gestiones realizadas por Herick Campos y Gaspar Lloret, quienes por fin pudieron hacer llegar un informe al Ministerio. Este informe permitía acabar con la atadura del Ministerio con el Gobierno de Camps que imposibilitaba el inicio de las obras. De esta manera concluían las estipulaciones del Convenio firmado en el 2001 que impedían que el ayuntamiento iniciara las obras del paseo. Este es el regalito de Zaragoza a los vileros: retrasar una obra de gran importancia para nuestro pueblo por intereses partidistas”.
Las chapuzas y falta de previsión de este proyecto han llevado a que el PP de La Vila acepte las modificaciones a la baja de la empresa constructora. En lugar de buscar financiación han ido a lo fácil: corregir una chapuza por otra. No, Sr. Tránsfuga, el Ministerio pone el dinero pero usted, por su arrogancia y prepotencia, no ha negociado las mejoras necesarias y nos está llevando hacia una obra inadecuada para nuestro paseo.
Sr. Concejal Tránsfuga, ¿cuántas veces se le ha preguntado en los plenos por el paseo y lo único que ha sabido o ha querido contestar es que la culpa era del Ministerio? Si hubiese estado gobernado Aznar, seguro que hubiese contestado que gracias a la ayuda del Presidente de España tendremos paseo. Deje de mentir y reconozca la verdad. Sabe muy bien que antes de la moción de censura estaba todo cerrado y se habían solucionado las conducciones de aguas pluviales -porque en el proyecto del 2001, el de ustedes, eran inadecuadas, pero quede claro –admítalo, Sr. Tránsfuga- que sin la nueva chapuza que han hecho ustedes en La Basseta l’Oli. La foto que acompaña a este tribuna ilustra hasta dónde puede llegar la insensatez de un concejal que no defiende los intereses de uno de los mejores patrimonios de la Vila, la Playa Centro, regenerada por un gobierno socialista, lo mismo que la nueva reurbanización del mismo, pero usted busca desprestigiar esta obra y no se lo vamos a permitir.
Además, los cerca de 32.000 metros cuadrados de aceras en su nefasto proyecto iban 14.600 metros cuadrados de sablón (arena prensada –no podemos olvidar el nefasto acabado superficial del parquin La Creueta-), nos parecía aún más inadecuado para la playa y por eso lo cambiamos por un nuevo material, pero nunca adoquines de hormigón.
Al conseguir su empeño (que no era otro que volver al gobierno municipal pero no para servir ningún interés local y sí ciertos intereses particulares) usted, Señor Tránsfuga, el tiempo que ha estado como concejal ha arruinado el futuro turístico de La Vila. A por pruebas no hace falta ir muy lejos. ¿Cuántas habitaciones para pernoctar hay en La Vila?. Gobernó 8 años con el falso médico más el que lleva con el tránsfuga objetivo, y estamos a la cola. Disfrutó de la mejor época de bonanza económica, con una entrada de ingresos por urbanismo jamás conocida en nuestro municipio, y ¿qué hizo usted? Nada de nada. Y ahora pretende tratarnos de ignorantes, responsabilícese de su falta de lealtad al pueblo de La Vila al aceptar como promotor la conveniencia de la empresa constructora del paseo. Usted es el culpable, pero ya sabemos de qué cojea, de hacer las cosas mal por incapaz de servir al pueblo.
